Los niños han estado excavando en el estiércol y las niñas han estado sacando las gruesas yerbas del jardín. Algunos han parado para mostrar algunas lombrices que han encontrado. “Tenemos un contenedor de lombrices donde las conservamos y las alimentamos para luego usar su excremento para que las plantas crezcan en nuestro salón de clases. Después salimos a plantarlas aquí afuera.” “Hemos plantado remolacha, tomates, zanahoria, hemos plantado muchas flores, tulipanes y pensamientos.”
Su maestro Roger Haglund dice que están ocupados y sedientos. “Mis alumnos de sexto grado están elaborando un contenedor de fertilizante orgánico. Uno de los temas requeridos en el programa de estudios del sexto grado es aprender sobre la descomposición causada por microrganismos. Entonces estamos elaborando el contenedor de fertilizante orgánico para hablar sobre las lombrices y los microbios que ayudan a descomponer el excremento para luego convertirlo en tierra útil o fertilizante.”
El año pasado el distrito escolar de Salt Lake, que recibió trescientos mil dólares en total de la ferretería Lowe’s y los fondos concedidos por Daniels Fund de Denver, instaló cerca de una docena de invernaderos en ésta y muchas otras escuelas del distrito.
“Pues, fue un regalo maravilloso y ellos asumieron que todos simplemente comenzarían a trabajar en esto pero muchas personas no sabían qué hacer,” dice Mary Jo Tedesco, una experta en jardinería de Utah State University Extension. Ella y algunos otros consultores de jardinería, incluyendo algunos de la institución sin fines de lucro Wasatch Community Gardens, están trabajando actualmente con los maestros de la escuela primaria Escalante, donde el distrito está tratando de que un programa piloto prospere. “La realidad es que los maestros están muy muy ocupados con su propio plan de estudios y esto vino a aumentar en cierta manera su carga de trabajo. Por lo tanto, ha sido un reto.”
Con la popularidad de la jardinería en aumento, los delegados académicos de los distritos escolares de las áreas urbanas de Utah desean proveer a los estudiantes con más educación práctica sobre biología y agricultura de la que normalmente recibirían en las ciudades grandes.
Mientras el distrito escolar de Salt Lake City está invirtiendo en este programa, muchos maestros están teniendo que aprender a cultivar verduras y otras plantas por primera vez, para poder después enseñarles a sus alumnos. Brittney Anderson enseña el quinto grado, “Sin ellos sería muy difícil. Pues, me hice cargo de los jardines el año pasado y fue muy difícil contar con la participación de muchos maestros. Pero cuando se tiene a un experto trabajando directamente con ellos, se ha logrado una mayor participación en el cultivo y cuidado de los jardines y ha sido más significativo. Porque creo que muchos maestros plantan semillas y luego simplemente las mandan a las casas porque no saben qué hacer con ellas.”
Anderson cuenta que desde que los maestros y los jardineros han comenzado a colaborar en Escalante, una escuela con diversidad y donde por lo menos 20 lenguas diferentes son habladas por las familias de los estudiantes, algunos padres han acudido a construir cajas de cultivo y repisas para los invernaderos. Las reacciones de otros han sido también de apoyo. “Porque muchos de los padres no tienen el espacio para cultivar en su propia casa. Tenemos muchos refugiados y muchos inmigrantes, ésta no es la tierra a la que están acostumbrados, y los cultivos que aquí plantamos no son los cultivos a los que están acostumbrados. Entonces creo que tiene mucho valor que sus hijos puedan aprender esto aquí e inclusive podrían traer sus propias semillas y tratar de hacer algunas de las cosas a las que están acostumbrados.”
Mientras esto provee un puente cultural para niños inmigrantes que están tratando de adaptarse a Utah, los delegados del distrito dicen estar también preocupados por lo que se denomina STEM (por sus siglas en inglés), ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Esta es Cynthia Talbot Holtz del distrito escolar de Salt Lake, “Estamos en lo que podría llamarse una crisis en este país en lo que concierne a estudiantes que eligen carreras en las áreas de STEM. Sabemos que debemos comenzar a despertar el interés e informar a los niños desde temprana edad, y no sólo se trata de nuestros estudiantes sino también de sus padres. Que la inversión que ellos hagan en la educación de sus hijos, especialmente en las áreas referidas como STEM, lleven a sus hijos a obtener carreras lucrativas de largo plazo.”
Según algunos estudios, los proyectos que se realizan fuera del salón de clases y al aire libre ayudan a que los niños se concentren y tengan un mejor desempeño en los exámenes, pero lo que es aún mejor, dice Tedesco, es que estas experiencias tempranas moldean profundamente su actitud en relación al medio ambiente. “Es formidable, pues cuando les enseñas desde pequeños a plantar algo cuidadosamente, a cuidarlo con esmero, a mirar la tierra cuidadosamente, tiene un gran impacto en la manera en que ven el mundo.”
Otros jardineros, que también ayudan a los maestros en instrucción al aire libre, como Laura Judd de Wasatch Community Gardens, dice que lo ideal sería que ella y otros comenzaran a retirarse gradualmente. “Es verdad que todos necesitan una orientación inicial, no todos son jardineros. Pero ojalá que después de trabajar uno o dos años aquí se formen ideas sobre la manera en que el sistema funcionan en base a lo que nosotros les enseñamos y que ellos comiencen a enseñar, que la información se comparta entre diferentes grados escolares una vez al mes, que todas estas personas trabajando en proyectos en distintas escuelas se reúnan y se enseñen unos a otros, que las lecciones aprendidas se publiquen para otros maestros del distrito, que se diseminen.”
Para finales de 2009, aproximadamente 19 escuelas primarias y secundarias del distrito escolar de Salt Lake tendrán nuevos laboratorios e invernaderos al aire libre para trabajar y los educadores esperan que el concepto, bueno…crezca.